jueves, 29 de agosto de 2024

La Argumentación: Un Análisis Ontológico de la Paradoja de la Dualidad

 Introducción

La ontología, en términos filosóficos, se refiere al estudio del ser y de la naturaleza fundamental de las cosas. Cuando aplicamos este enfoque a la argumentación, buscamos entender, en primera instancia, cómo se estructura un argumento o cómo puede persuadir, y en segunda descifrar qué es la argumentación en su esencia, qué papel desempeña en la existencia humana y cómo se entrelaza con otros aspectos del ser y del conocimiento.

Para llevar a cabo un análisis ontológico de la argumentación, es esencial descomponerla en sus componentes fundamentales y explorar cómo cada uno de estos elementos refleja aspectos más profundos del ser humano. Este análisis describirá la función de los argumentos, a la vez que explora la naturaleza subyacente que permite a la argumentación existir y funcionar en el contexto humano.

Justificación del Análisis Ontológico
¿Por qué es relevante un análisis ontológico de la argumentación? Al desvelar la naturaleza profunda de la argumentación, comprendemos cómo operamos como seres racionales y sociales, en tanto cómo la estructura de nuestras interacciones discursivas refleja verdades ontológicas sobre nuestra existencia. En lugar de considerar la argumentación como una mera técnica retórica o lógica, el análisis ontológico la posiciona como un fenómeno intrínsecamente vinculado a la forma en que los seres humanos experimentan el mundo y se relacionan entre sí.

El análisis ontológico nos permite ver las limitaciones y potencialidades de la argumentación en la práctica cotidiana. Al examinar los fundamentos ontológicos, se clarifica cómo los argumentos son herramientas persuasivas, para construir expresiones del ser humano en su búsqueda constante de sentido y coherencia en un mundo social y cognitivo complejo.

La Ontología de la Argumentación: Desglose de sus Componentes

El Ser de la Argumentación: La Naturaleza Intersubjetiva
En su nivel más esencial, la argumentación es un proceso intersubjetivo. Esto significa que su ser no reside en la mente individual de una persona, sino en el espacio compartido entre sujetos. Surge de la necesidad humana de comunicarse, de compartir ideas, de justificar creencias y de resolver conflictos mediante el diálogo. La argumentación, por tanto, es un acto de habla o una manifestación del pensamiento, que evoluciona en una actividad que cobra vida dentro de las interacciones humanas.

La argumentación se revela cuando los interlocutores participan en un proceso dialógico, reconociendo al otro como un agente racional con una perspectiva válida. Esta intersubjetividad ontológica es esencial porque sitúa la argumentación en el ámbito del reconocimiento mutuo y de la construcción compartida de significados.

La Tesis y las Premisas: Manifestaciones del Pensamiento Ontológico
Desde una perspectiva ontológica, la tesis y las premisas, además de ser componentes formales de un argumento, son también expresiones del pensamiento y la experiencia del ser humano. La tesis es una proposición a través de la cual el sujeto estructura su comprensión del mundo; es una afirmación de realidad sostenida dentro de un contexto específico.

Las premisas, por su parte, son los fundamentos que sustentan esa tesis. Estas premisas son fragmentos de realidad percibida o construida que el sujeto elige como relevantes para su argumentación. Reflejan una cadena lógica y una selección consciente o inconsciente de aspectos del mundo que el sujeto considera significativos. Así, cada argumentación se vuelve única en su ser ontológico.

La Inferencia: El Puente Ontológico entre Premisas y Tesis
La inferencia es el proceso que conecta las premisas con la tesis y, en términos ontológicos, representa un puente entre el mundo percibido y el mundo conceptual. La ontología de la inferencia puede ser vista como una manifestación de la capacidad humana para trascender los datos inmediatos de la experiencia sensorial y crear nuevas conexiones. Este proceso refleja una estructura lógica y expresa la creatividad del pensamiento humano en la construcción activa de significados.

El Contexto: El Horizonte Ontológico de la Argumentación
El contexto es el horizonte ontológico que enmarca la argumentación. Este horizonte incluye las condiciones históricas, culturales, lingüísticas y epistemológicas que permiten que ciertos argumentos tengan sentido y otros no. La argumentación no puede existir fuera de un contexto, ya que es este contexto el que proporciona las condiciones de posibilidad para que ciertos tipos de argumentos sean significativos o persuasivos.

La Ontología de la Argumentación y Otros Procesos Cognitivos

Razonamiento Ontológico
El razonamiento subyacente a la argumentación es una manifestación del ser humano en su búsqueda por dar coherencia al caos de la experiencia. El razonamiento no es simplemente lógica abstracta, ya que constituye una proyección de la necesidad humana de encontrar orden y significado en la experiencia vivida.

Lenguaje y Ontología
El lenguaje, como medio de la argumentación, tiene una dimensión ontológica profunda: transmite información y también es una herramienta ontológica mediante la cual los seres humanos crean y moldean la realidad. A través del lenguaje, no solo describimos el mundo, sino que lo construimos activamente.

Percepción Ontológica
La percepción es el primer contacto del sujeto con el mundo y la base sobre la cual se construyen los argumentos. La percepción es un proceso activo de interpretación del ser. La percepción influye directamente en la construcción de las premisas de un argumento, mostrando cómo está ligada a la ontología de la argumentación.

Conclusión General
El análisis ontológico de la argumentación revela que esta va más allá de ser una mera herramienta retórica o lógica, mostrando su profundo arraigo en la condición humana. La argumentación es un fenómeno que refleja la interacción entre el ser, el conocimiento y la realidad compartida. A través de la intersubjetividad, el lenguaje, el contexto y la percepción, la argumentación se manifiesta como un proceso creativo en el que los individuos seleccionan aspectos de la realidad percibida para construir proposiciones coherentes, utilizando la inferencia para proyectar nuevos significados en el mundo.

Así concluimos que el análisis ontológico de la argumentación revela una profunda paradoja: la argumentación es simultáneamente una expresión del ser en su búsqueda de estabilidad y coherencia, y un motor de cambio ontológico que reconfigura constantemente las estructuras de significado. Este proceso dialéctico se arraiga en la capacidad humana de usar el lenguaje y la razón, tanto para comprender el mundo tal como es, como para proyectar nuevas formas de ser y de conocer, transformando la realidad en el proceso.

Así, la argumentación se convierte en un espejo del ser humano, revelando las dimensiones más profundas de su existencia y, al mismo tiempo, una herramienta para la creación y transformación del mundo. Es en esta dualidad —como reflejo y como agente de cambio— donde reside el poder ontológico de la argumentación, un poder que, en su esencia, es tanto un testimonio del ser humano como una proyección de su capacidad infinita para crear significado y realidad. La argumentación es una herramienta ontológica por excelencia, que permite a los seres humanos construir y reconstruir continuamente la realidad, actuando tanto como reflejo del ser como medio de transformación del mismo. La paradoja consiste en usar la argumentación ontológica para conocer el ser, para no ser y poder ser.

 

La Argumentación: Un Análisis Ontológico de la Paradoja de la Dualidad… Por Aarón Vázquez Sauza

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