lunes, 28 de octubre de 2024

PERSONALIDAD JURÍDICA = SUJETO DE DERECHO = CENTRO DE IMPUTACIÓN JURÍDICA. Por Erick Aarón Vázquez Sauza

 Autor: Lic. Erick Aarón Vázquez Sauza

Contacto: aaron.finanzasyleyes@gmail.com

Afiliación: Universidad Nacional Autónoma de México  ||  Facultad de Contaduría y Administración | Facultad de Derecho

Ciudad de México  || 28 de octubre de 2024

1. Concepto de Personalidad Jurídica: La personalidad jurídica es una cualidad del ente otorgada por el ordenamiento jurídico. Consiste en reconocer su existencia y en habilitarlo para ser destinatario de normas jurídicas. Este reconocimiento permite que el ente se convierta en sujeto de derecho o en el centro de imputaciones jurídicas, lo cual le otorga capacidad jurídica.

2. Titularidad de Derechos y Obligaciones: La personalidad representa la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones, derivada de la existencia en el marco jurídico. No implica la totalidad de derechos u obligaciones, sino que estos dependen de la condición en cada momento. Con el tiempo y las circunstancias, pueden variar los derechos y obligaciones, así como sus modalidades.

3. Capacidad Jurídica de Goce y Ejercicio: La personalidad jurídica dota al sujeto de derecho de capacidad jurídica de goce y ejercicio. Este reconocimiento permite a personas físicas o jurídicas existir legalmente y adquirir derechos y obligaciones, los cuales varían y se ajustan según el caso. Así, la personalidad jurídica particulariza a cada sujeto, dado que los derechos y obligaciones se adaptan a las circunstancias individuales de cada persona.

4. Factores Individuales en la Personalidad Jurídica: La personalidad jurídica define la estructura particular en que cada sujeto es titular de derechos y obligaciones, considerando factores individuales como:

Edad: La edad es fundamental en la capacidad jurídica, ya que determina el momento en el que una persona adquiere plena capacidad para ejercer derechos y contraer obligaciones. En muchos sistemas jurídicos, la mayoría de edad (generalmente 18 años) marca la transición hacia una capacidad plena. Antes de esta edad, la capacidad de una persona está limitada, y suele necesitar la representación de un tutor o representante legal. Además, la edad puede influir en la validez de ciertos actos, como contratos y disposiciones patrimoniales, que tienen requisitos específicos en función de la edad.

Capacidad: La capacidad jurídica se desglosa en dos tipos: capacidad de goce y capacidad de ejercicio. La capacidad de goce es la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones desde el nacimiento (o incluso antes, en casos donde la ley reconoce derechos al concebido). La capacidad de ejercicio es la facultad de realizar actos jurídicos en nombre propio, y generalmente está supeditada a factores como la edad y el estado mental. Las personas con limitaciones en su capacidad mental o en su estado de salud pueden ver restringida esta capacidad, y se les asignan representantes legales.

Situación Jurídica: La situación jurídica se refiere a las condiciones legales de una persona en relación con sus derechos y deberes específicos, que pueden variar de acuerdo con su estatus legal o civil. Por ejemplo, el estado civil (soltero, casado, divorciado) afecta ciertos derechos y obligaciones relacionadas con el patrimonio y la sucesión. La situación de residencia (nacional o extranjera) también puede influir, pues los extranjeros suelen tener ciertas limitaciones en derechos patrimoniales o laborales según la legislación local. Condición Jurídica de Privación de Libertad: La situación de privación de libertad restringe derechos fundamentales como el derecho a la libertad de movimiento, pero no elimina la personalidad jurídica de la persona. Los reclusos aún mantienen derechos humanos esenciales, como el derecho a la dignidad, a la salud ya un trato humano. Sin embargo, otros derechos pueden estar limitados por razones de seguridad, disciplina y rehabilitación, como la participación en ciertos procesos civiles y la libertad de expresión plena dentro de la institución.

Género o Rol Específico: El género puede tener implicaciones jurídicas en algunos ordenamientos, aunque actualmente se tiende hacia la igualdad de género en derechos y obligaciones. En los sistemas tradicionales, el género ha afectado derechos familiares, de propiedad y de trabajo, aunque este enfoque está en constante transformación. También pueden existir roles específicos dentro de una estructura social o familiar que influyen en la asignación de derechos y deberes, como la figura del representante legal o el tutor.

Tipo de Sujeto de Derecho: Existen diferentes tipos de sujetos de derecho, y cada uno tiene una personalidad jurídica adaptada a sus características. Los sujetos de derecho pueden ser personas físicas (individuos) o personas jurídicas (entidades como empresas, asociaciones, gobiernos). Las personas jurídicas adquieren personalidad a través de su constitución formal y reconocimiento en el ordenamiento jurídico, y su capacidad y derechos se limitan a las actividades para las cuales fueron creadas.

Estado Civil: El estado civil influye significativamente en los derechos y obligaciones de una persona, sobre todo en temas patrimoniales y familiares. Por ejemplo, una persona casada puede tener derechos y deberes diferentes en cuanto a sucesión, pensión alimentaria o propiedad compartida, en comparación con una persona soltera o divorciada. También puede afectar la capacidad de realizar ciertos actos jurídicos, como contratos de bienes o herencias, pues en algunos sistemas se requiere el consentimiento del cónyuge para ciertas transacciones.

Condición Política: La condición política, relacionada con el estatus de ciudadano o extranjero, determina el acceso a ciertos derechos y restricciones en diversos países. Los ciudadanos, por ejemplo, suelen tener derechos políticos plenos, como votar o postularse a cargos públicos, mientras que los extranjeros pueden tener limitaciones en estos ámbitos. Además, esta condición puede afectar derechos laborales, de propiedad y participación en actividades económicas, ya que algunos países limitan el acceso de extranjeros a ciertas industrias o empleos.

Patrimonio: La situación patrimonial de un individuo o entidad puede influir en la personalidad jurídica, en particular en el ámbito de los derechos económicos y de las obligaciones fiscales. Las personas con un patrimonio significativo pueden tener responsabilidades adicionales, como el cumplimiento de obligaciones fiscales o la administración de bienes en fideicomiso, y suelen estar sujetas a regulaciones adicionales para la transparencia y la prevención del lavado de dinero. Además, el patrimonio afecta la solvencia y la capacidad crediticia, impactando la posibilidad de adquirir ciertos derechos financieros.

Nacionalidad o Residencia: La nacionalidad y el lugar de residencia (permanente o temporal) también pueden incidir en la capacidad jurídica. Algunos países limitan ciertos derechos para extranjeros, como la compra de propiedades o el acceso a servicios de salud y educación. En cuanto a la residencia, el lugar donde una persona pasa la mayor parte del tiempo puede impactar el sistema legal que se le aplica, especialmente en temas fiscales y de seguros.

Estado de Salud: Las condiciones de salud, tanto mental como física, afectan la capacidad de una persona para ejercer derechos y asumir obligaciones por sí misma. Cuando una persona tiene una discapacidad o una condición que limita su comprensión o toma de decisiones, puede ser declarada interdicta y necesitar un tutor o curador para representarla en asuntos legales, lo que modifica su ejercicio de la personalidad jurídica.

Religión o Cultura (en contextos específicos): En algunos países o sistemas jurídicos con normas religiosas o basadas en costumbres, la religión o la cultura de una persona pueden influir en sus derechos y obligaciones, especialmente en asuntos familiares, como el matrimonio, la custodia. y la herencia. Por ejemplo, algunas religiones tienen restricciones sobre el tipo de transacciones financieras o acuerdos matrimoniales que se pueden realizar.

Cada uno de estos factores permite ajustar la personalidad jurídica a la situación particular del individuo o entidad, asegurando que se consideran sus condiciones específicas para otorgarle derechos y obligaciones de manera justa y acorde a su capacidad real y contexto. Cada uno de estos factores se personaliza de la manera en que los derechos y obligaciones se aplican a cada individuo en un momento determinado.

La personalidad jurídica confiere a un ente la capacidad de ser titular de derechos y obligaciones, tanto de manera pasiva (goce) como activa (ejercicio), permitiéndole así participar plenamente en el orden jurídico.

La personalidad jurídica se define como el reconocimiento legal de un ente, ya sea una persona física o jurídica, como sujeto de derechos y obligaciones. Este concepto es fundamental en el ámbito del derecho, ya que establece la capacidad jurídica, que se refiere a la aptitud para ser titular de derechos y asumir obligaciones. La capacidad jurídica se divide en dos categorías principales: capacidad de goce y capacidad de ejercicio.

Capacidad Jurídica

Capacidad de Goce: Esta es la aptitud para adquirir derechos y obligaciones desde el momento de la existencia legal del ente. Es inherente a todas las personas, independientemente de su edad, condición física o mental. Por ejemplo, un recién nacido tiene capacidad de goce, lo que significa que puede ser propietario de bienes o heredar.

Capacidad de Ejercicio: Esta se refiere a la aptitud para ejercer esos derechos y cumplir con las obligaciones de manera autónoma. En general, la capacidad de ejercicio se adquiere al alcanzar la mayoría de edad, aunque existen excepciones para los menores emancipados que pueden gestionar sus bienes bajo ciertas condiciones.

Importancia de la Personalidad Jurídica

La personalidad jurídica es crucial porque permite a los individuos y entidades participar plenamente en el sistema jurídico. Esto incluye la capacidad para celebrar contratos, demandar y ser demandado, así como realizar transacciones comerciales. La ley garantiza que todos los seres humanos tengan esta capacidad desde su nacimiento, en cumplimiento de principios fundamentales de dignidad y no discriminación.

Además, la legislación moderna ha evolucionado para asegurar que las personas con discapacidad mantengan su capacidad jurídica en igualdad de condiciones con los demás. Esto se refleja en normativas como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que promueve el respeto a la voluntad y preferencias individuales, asegurando que las limitaciones en la capacidad de ejercicio no se basan en prejuicios o estigmas sociales.


 

Conclusión

La personalidad jurídica no solo establece un marco legal para el reconocimiento de derechos y obligaciones, sino que también garantiza que todos los individuos tengan acceso a estos derechos sin discriminación. La distinción entre capacidad de goce y capacidad de ejercicio es esencial para entender cómo las personas interactúan con el sistema legal y cómo pueden ejercer sus derechos dentro del mismo. Por lo tanto, la personalidad jurídica es un pilar fundamental del ordenamiento jurídico que asegura la participación equitativa y efectiva de todos los entes en la vida civil.

La personalidad jurídica es el reconocimiento otorgado por el sistema legal a un ente, ya sea persona física o jurídica, como sujeto de derechos y obligaciones, permitiéndole ser el centro de imputación jurídica. Este concepto permite a los individuos o entidades actuar en el marco jurídico, ser titulares de derechos y cumplir obligaciones, tanto en forma pasiva (capacidad de goce) como activa (capacidad de ejercicio). La personalidad jurídica incluye el reconocimiento de condiciones individuales, como edad, estado civil, nacionalidad, patrimonio, situación jurídica, condición política, estado de salud, religión o cultura, entre otros factores que determinan los derechos y deberes específicos según la realidad del sujeto.

Este marco adaptativo asegura que la personalidad jurídica se ajusta a cada contexto particular, permitiendo una aplicación justa y diferenciada de derechos y obligaciones, fundamentada en la capacidad y circunstancias del individuo o entidad. La personalidad jurídica es esencial para la plena participación en el sistema jurídico, lo cual es respaldado por principios de dignidad y no discriminación, asegurando la igualdad en el acceso y ejercicio de derechos a nivel legal.


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